Hoy, la educación exige un giro rotundo de sus métodos y herramientas, pues los alumnos habitan un mundo más dinámico, ágil y con múltiples posibilidades de proyección.
Además, se busca movimiento en las escenas, por lo que suele parecer que estamos viendo un instante congelado en el tiempo, como si en cualquier momento los personajes fueran a moverse.
Según un estudio conducido por el Laboratorio Dinámico del Lenguaje de la Universidad de Lyon, en Francia, se determinó que el japonés, junto con el español, son las lenguas más rápidas del mundo.