Lejos, al sudoeste, sobre las siluetas de los abetos, brillaba la titilante luz perlada de una estrella vespertina en su cielo dorado pálido y rosa etéreo.
Pero el coronel estaba pendiente del administrador. Lo vio consumir un refresco de espuma rosada sosteniendo el vaso con la mano izquierda. Sostenía con la derecha el saco del correo.
Me topé con un chaval vendedor de periódicos, y me endilgó unas proféticas hojas rosa que le sacaban a las noticias una ventaja de dos vueltas de la aguja larga del reloj.
En febrero florecen los almendros, melocotoneros y otros árboles frutales que suelen tener las flores de color rosa y es precioso ver los campos de árboles en esa época del año.