Al no haber un maestro que entrene a las células no hay una respuesta inmune especializada y las víctimas del VIH son muy susceptibles a cualquier infección.
Antes de la guerra, se estimaba que unas 260.000 personas vivían con el VIH en Ucrania, de las cuales 152.000 tenían acceso a medicamentos antirretrovirales.
Las epidemias de VIH, hepatitis vírica e infecciones de transmisión sexual siguen planteando importantes problemas de salud pública y causan dos millones y medio de muertes al año.
Un nuevo informe muestra que existe un camino claro para poner fin al SIDA y que los países y líderes que ya lo están siguiendo están logrando resultados extraordinarios.
Es un anillo vaginal de dapivirina que dura 28 días, puede colocarse en casa y es el primer método de prevención del VIH que la mujer controla por completo.
ONUSIDA denuncia que la prevalencia del VIH en la población carcelaria es mucho mayor que en la general y pide acceso para los reclusos a la prevención, el tratamiento y la atención.
Fue un caso muy sonado que nunca llegó a juicio porque las farmacéuticas, presionadas por la opinión pública, y ante la rápida proliferación de la enfermedad en el continente, aceptaron renunciar a sus patentes.
Diez millones de personas que viven con el VIH en todo el mundo aún no reciben tratamiento, lo que alimenta la continua propagación del virus y la posibilidad de que aparezcan nuevas variantes.
ONUSIDA celebra que el Gobierno de Chile haya reconocido su responsabilidad en el caso emblemático de violaciones de los derechos de las mujeres que viven con VIH y que fueron esterilizadas sin su consentimiento.