Como el primer Estado del mundo en clausurar voluntariamente sus instalaciones de ensayos nucleares y en renunciar a su arsenal nuclear, Kazajstán es un adalid comprometido y coherente a favor de la ampliación del régimen de no proliferación.
“Con su muerte, el mundo ha perdido a un gran líder espiritual, que siempre defendió nobles valores; un gran estadista, que fue valiente adalid de la justicia y que rechazó la injusticia y la opresión.”