Viendo este vídeo seguramente estés pensando en tu gato, que se pasa horas mirando como gotea el agua del grifo, y como mete la patita en la bañera y sorbe de ella.
La cama de la abuela había recuperado su esplendor virreinal, la estatua del ángel estaba en su lugar junto al baúl funerario de los Amadises, y había además una bañera de peltre con patas de león.
Cuando metemos la mano en una bañera o en la piscina, nos da la sensación de que está mojada porque las yemas de los dedos le dicen a nuestro cerebro que esa sensación es de mojado o húmedo.
Hay una metáfora muy interesante que me contó el profesor Pedro Cabrera, que es una de las personas que más saben de sinovarismo en España, que me habló de una bañera.