Claro, las nuestras son mucho más delgadas, y por lo tanto, más frágiles; pero eso no es normalmente un problema, ya que raras veces tenemos que sobrevivir a esto.
Y esta es la reflexión que quería haceros llegar esta noche: que la convivencia —que siempre es frágil, no lo olvidemos— es el mayor patrimonio que tenemos los españoles.