Había pasado seis semanas muy felices; y el placer de estar con Charlotte y las amables atenciones que había recibido, la habían dejado muy satisfecha.
Y como la hermosura tenga prerrogativa y gracia de reconciliar los ánimos y atraer las voluntades, luego se rindieron todos al deseo de servir y acariciar a la hermosa mora.
Ha sido testigo diario de las grandes atenciones de lady Catherine para con la señora Collins, y confío en que no le habrá parecido que su amiga no es feliz.